Una semana más. Estaba agotada, ¿os
hacéis la idea de estar día tras día haciendo deberes, estudiando,
haciendo deberes, y estudiando? A demás, solo hablaba por teléfono
con Niall, nada más. Ni cinco minutos a la salida de clase, ni por
la tarde con él, nada de nada. ¿La causa? Mis estudios y su
carrera.
Estaba en casa, cuatro de la tarde.
Decido coger el móvil, miro el twitter mientras estoy tumbada en el
sofá. No hay nada interesante, las mismas tonterías de siempre.
"Últimamente no se ven muchas
fotos de Niall por Londres"
" Hace más de un mes que no
veo fotos recientes de Niall por la calle, ¿qué le pasará?"
"Niall anda desaparecido o k
Ase"
Son los tweets que más me llaman la
atención. Supongo que se preocupan por él, pero ya están haciendo
un drama por esto. Este fandom, nunca cambiará. Me moría de ganas
de decir algo, en plan <<No te preocupes, está bien. Solo hace
su trabajo>>. Pero no podía, porque en parte era también mi
culpa. No salía para poder estar un rato conmigo, no quería que
saliera nuestra relación a la luz. Es verdad que en un par de veces
la prensa nos vio juntos, pero seguramente no pasó nada de
importancia. Si no, me hubiera enterado.
"Hola chiquitina, ¿qué tal?"
Me manda un mensaje
directo Niall, pero ya hacía una hora que me lo había mandado.
"Hola, muy bien. Algo cansada,
esta semana tuve muchos exámenes. ¿Tú qué tal?"
No responde, igual
está ocupado. Decido dar una vuelta por el apartamento, me aburría
mucho. Estaba cansada.
-Eh, ¿y esa cara
de culo? -dice Zoe al verme pasar desde la habitación por el
pasillo. Entro en el cuarto y me tumbo en mi cama.
-Estoy cansada,
nada más.
-¿Te apetece salir
un poco? Yo hoy no quedé con nadie, pero no me apetece quedarme un
viernes en casa.
Acepto sin dudar,
yo tampoco quería quedarme. Para un fin de semana que no tenía a
penas deberes.
Cogemos los
abrigos, decido ponerme un gorro de punto. A estas alturas del
invierno Londres es más frío que nunca. Me pongo unos guantes y de
paso, una bufanda.
-Ahora es cuando
echo un poco de menos España -dice Zoe refiriéndose al clima.
Empezamos a andar,
está nevando. En la zona costera en la que vivía en España no
nevaba nunca, era una experiencia nueva. La única vez que había
visto la nieve, fue con tres años, habíamos ido de excursión mi
familia y yo a la montaña y nevó. Pero de eso, casi no me acuerdo.
-¿Te apetece ir a
tomar algo? -dice Zoe tapándose todo lo posible la cara con su
bufanda- si no moriré congelada.
-No hay problema.
Dimos una vueltas
hasta encontrar una cafetería. Entramos y agradecemos el calorcito
que hace allí adentro. Era agradable el local, las paredes envueltas
en papel beige, que tiene dibujadas unas florecitas blancas. El suelo
de madera. Las sillas y mesas combinando a la perfección, también
son de madera.
Decidimos sentarnos
en la última mesa, no había mucha gente a estas horas así que
teníamos donde elegir.
-¿Qué quieren?
-pregunta un chico, de unos veinte. Ronald, ponía en su
plaquita de metal.
-Un café, por
favor -dice Zoe.
-Otro para mí.
El chico lo anota
velozmente en su cuaderno y se marcha como un rayo a preparar el
pedido.
-Oye, ¿qué tal
con Niall? -pregunta Zoe curiosa.
-Bien, más o menos
-ella frunce el ceño, como pidiendo más explicaciones- Es que a
penas le vi esta semana, y las anteriores lo mínimo. Anda ocupado
ensayando y preparando la gira.
-Ah... -dice ella.
-Tengan. -Aparece
el chico, y deja en la mesa el café de mi amiga y el mío. Saco mi
cartera y le tiendo un billete, invité yo.
-No hace falta
-dice Zoe, pero me niego a que pague ella. El chico se marcha.
Me suena el móvil,
un WhatsApp. <¿Te apetece quedar hoy? Por fin estoy libre>
-¿Quién es?
-Niall. -Respondo a
la curiosa de mi amiga.
-Anda,¿y qué
quiere?
-Dice que hoy está
libre. Pero bueno, ahora estoy contigo.
-¡Estás tonta! Si
quieres puedes ir con él. Si no, no lo verás nunca y no quiero que
sea mi culpa.
-Pero...
-Ni pero, ni nada.
Él te hace bien, te veo feliz desde que estáis juntos. Ahora, por
fin, comes más. Y haces amigos y amigas conmigo, no te cierras en tí
misma. Vuelves a ser tú gracias a él.
-Gracias -la
sonrío. Pero me daba corte dejarla ahí. Así que, tuve una
brillante idea.
Continuará...
No hay comentarios :
Publicar un comentario