-¡Hija! ¡Despierta!
¡Despiiierta de una vez! -nada mejor para despertarse que los
agradables gritos de tu madre. Notar mi ironía.
-Ya voy mamá -dije con
mucha desgana, abriendo los ojos. Pero tenía taaanto sueño que los
volví a cerrar. Así estuvo un rato, hasta que volvió mi madre a la
carga.
-Pero... ¡¿Otra vez
así?! ¡Venga mueve el culo de una vez!
-Mamá por favor, que son
vacaciones...
-¡Pero son las doce!
Levanta de una vez, que he quedado con Jazzy.
-¿Y?
-Que tu vas a venir
conmigo y con su sobrino a comer en su casa– en ese momento me caí
de la cama.
-¿¡Qué?!
-Lo que oíste. Ahora
dúchate y vístete de una vez. Y hazlo rápido que quedé a la una
-solté un bufido, e iba a hablar pero me interrumpió- ni una queja
-vale, mi madre me conocía más que yo a mi misma. Pero cuando
andaba con prisas se estresaba, y te digo yo que no queréis verla
estresada. Más valía hacer lo que ella decía.
Me metí en la ducha y
luego me vestí.
El pelo me lo sequé un poco, y una coleta. Hacía bastante calor, y
me molestaba si lo dejaba suelto.
Después estaba, como no,
mi madre esperándome.
-Dios, hija mía, eres la
única chica en el planeta que tarda una hora en vestirse. Espera
¿Dónde vas tu con esos tacones?
-¡Mamá! Venga, que
tenemos prisa- excusa perfecta para no discutir, como casi siempre,
por la ropa que llevo.
Gracias al cielo, tenía
demasiada prisa y no me mandó subir a cambiarme. Así que fuimos
directas a casa de Jazzy, es decir, a la casa de al lado.
-¡Hola hola! -dijo la
vecina animada- ¿Qué tal?
-Muy bien -dijo mi madre,
mientras ella nos hacía un gesto para que entrásemos en la casa. Y
eso hicimos- ¿y tu?
-Muy bien. Bueno _____, tu
madre y yo nos tenemos que poner al día. Puedes ir a la habitación
de Louis si quieres, así no te aburrimos. Me dijo que lo pasasteis
muy bien ayer todos.
-¿Te dijo eso? -me
estrañé.
-Si. ¿Quieres ir?
-No, no hace falta.
-Que si mujer, creo que
nosotras te aburriremos -bufé. Se nota que ellas lo que querían era
que las dejara en paz para cotillear de sus cosas a gusto.
-Vale, ahora voy -dije, y
seguidamente subí las escaleras que conducían a al piso de arriba.
Al principio dudé un poco
que puerta sería la de la habitación de Louis, pero luego decidí
no romperme el coco y abrir una por una, si a cierto bien, y si no,
pues pruebo con otra. De toda la vida.
Toqué un par de veces a
la primera, nadie contestó así que pasé. Nada, no había nadie y
era gigante, matrimonial con dos armarios. Fijo que era de Jazzy y su
marido, que ahora que me doy cuenta, no se ni como se llama.
Pues nada, probé suerte
en la siguiente. Toqué un par de veces y nada, sin respuesta
tampoco. Entré y no me extrañó que no respondieran, era un baño.
La siguiente puerta, a ver
si había suerte. Básicamente porque no quedaban más. Entré
directamente, me cansaba de andar picando entrando, picando entrando.
Así que decidí hacerlo sin más.
Continuará...
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Os juro que en los siguientes capítulos esto se pondrá más interesante, os lo juro.
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Os juro que en los siguientes capítulos esto se pondrá más interesante, os lo juro.
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